... buenas noches Madrid, buenos días Zaragoza.
Para las chicas, para mis chicas.
Recuerdo que te fuiste y me quedé sola. Habitaciones hasta ahora extrañas. Subí a la terraza en busca de libertad, y ni siquiera encontré nidos de golondrinas. No había pasado ni un día y las nubes me traían recuerdos de Aragón. Folios, casi siempre desparejos, iban poblando mi escritorio y fotos, casi siempre rotas, cubrían mi habitación. Cruzaba la m-30 buscando una señal y los coches con su paso de atasco no me la daban. Entonces volvía a mi habitación y escuchaba canciones de Labordeta, así estaba más cerca de mi tierra. Cada día baños de melancolía que poco a poco se fueron haciendo más fugaces. Tan cerca y tan lejana, mi tierra se quedó. Amigas, como las que jamás tuve fueron abriendo mi corazón. La viña y la olivera, la parra y el balcón, se fueron arrinconando en mi cerebro sin llegar a ser olvidados nunca. Nunca se olvidan las cosas que se quieren, están contigo donde quieras. Domingos por la feria del libro, vips club para comer, tarde en el Starbucks y risas para cenar. Libros y Cd´s de regalos que siempre irán conmigo como la foto que está sobre la tele. Cementerios olvidados, cines, teatros especiales con gente especial. Tanta gente que he conocido por estar allí, entre el Bernabeu y Barajas. Cada día especial que recuerdo con esa nostalgia que les da a los viejos, recuerdos de esa vida que saben que han exprimido al máximo y sin embargo se han dejado muchas cosas por vivir. El metro hasta San Blas y de la Estación de Chamartin un bus hasta los estudios de Telecinco. Compras en Canillas y risas a la vuelta. Pijamas en la tele y cenas en el sofá, jamás los había tenido tan “amenos”, ya nunca he tenido mejores conversaciones en una cocina. Ojalá los buses no hubieran tenido gasolina ese jueves. Y quiero cruzar el puente más veces camino de López de Hoyos, ahora llamado Manuel Becerra o Palencia. Ójala vuelva a la línea cuatro hasta Bilbao haciendo parada con Avenida de la Paz y de ahí andando hasta Alfonso XIII, aunque se llame de otra forma. Quiero Retiros en otras partes y Parques de Berlín, calle de los Narcisos esquina con calle Abeto dando una vuelta por Prosperidad. Caminar por Fuencarral y fijarme en el sexto balcón frente al mercado de Barceló, ese que hay en la plaza Tribunal. Sería genial volver a recorrer lo ya andado, volver a vivir lo ya vivido. Vuelvo a releer otra vez lo que acaba de escribir y llego a una conclusión: Usar el facebook cuando tengo que usarlo, y el teléfono también, pero sobre todo, ¡¡tengo que coger trenes más a menudo!!
